Sergéi Aleksándrovich Monia, nacido en Saratov, Rusia, el 15 de abril de 1983, ha sido recientemente nombrado capitán de la selección rusa de baloncesto para la competición mundial de Turquía. Con sus 2,05 de altura y sus 100 kilos de peso, Sergey Monya juega en la posición de alero tirador, tanto en la selección rusa como en su club, el BC Khinki, y puede presumir de ser líder de uno de los pocos combinados que han podido batir a la selección española, actual campeona del mundo, en los últimos años.

Tras pasar por varios equipos rusos, recaló en el CSKA de Moscú en el año 2002. En esta etapa, consiguió tres ligas y una Copa Nacional Rusa. En 2005, se animó a dar el salto a la NBA y fue elegido en el puesto 23 del 'draft' por los Portland Trail Blazers. En la liga profesional americana sólo jugó durante la temporada 2005-2006, en mitad de la cual fue traspasado a los Sacramento Kings en una operación en la que participaron hasta cuatro equipos. Con su nuevo conjunto, tan solo llegó a jugar tres partidos.

Al finalizar su corta andadura por la NBA, Monya volvió a Rusia, donde militó en el Dynamo de Moscú durante cuatro temporadas, entre 2006 y 2010, promediando el año pasado 14,1 puntos y 7,4 rebotes por partido. En el equipo, compartió banquillo con otros internacionales rusos como Sergey Bykov o Alexey Zhukanenko. Así como con su seleccionador, que fue también su entrenador en la temporada 2008/2009.

Este mismo verano ha sido traspasado al también ruso BC Khinki, dirigido por Sergio Scariolo, seleccionador nacional del equipo español. Por este club ya han pasado varios jugadores españoles, como Carlos Cabezas, Jorge Garbajosa y Raúl López.

Con su selección nacional, Sergey ha participado en tres Eurobasket (2005, 2007 y 2009), ganando la edición de 2007 en una apretadísima final con España, anfitriona del evento, que terminaron ganando por un solo punto, y en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, donde una decepcionante actuación los dejó fuera de los cuartos de final.

Monya es un jugador muy versátil y rápido para su envergadura. Ésta circunstancia le favorece a la hora de cambiar de posición de alero a escolta tirador. Es muy difícil de parar tanto entrando a canasta, por su gran capacidad de salto, como en el tiro exterior, donde su altura hace muy complicado taponarle. Por las mismas razones, como defensor puede puntear o bloquear los lanzamientos de los rivales, que, a menudo, son más bajos.