Cada vez que en el colegio se les decía a los padres que debían traer a sus hijos disfrazados, Sergio Ramos siempre elegía lo mismo: traje de luces, capota en mano, espada de juguete en la otra y montera bien puesta. Paseos de toreros, entre las flores de Camas, su pueblo natal. Así soñaba su vida diaria el lateral derecho nacional.  Alguien que veía en su casa sacudir los pañuelos blancos a cada Verónica que Curro Romero realizaba en la Maestranza. Él deseó ser como el 'maestro' de su tierra. Brindar toros al respetable y alzar su montera al cielo sevillano.

Pero un día tuvo que elegir: el fútbol llamó a sus puertas; en concreto, Pablo Blanco, responsable de la cantera sevillista. "Siempre tuvo la cualidad física de un atleta y la calidad de un virtuoso con los pies", asegura el preparador hispalense. Blanco fue quien lo descubrió, junto a Jesús Navas, Reyes y Antonio Puerta. Es el responsable de llevarlo a los escalafones inferiores nervionenses. "Iba en una 'Vespa' antigua, regalo de uno de sus familiares", matiza el delegado sevillano. Ejemplo del cambio de vida de Ramos. Pasó de llevar una moto que lo dejó tirado a mitad camino de la Ciudad Deportiva en más de una ocasión, a conducir el elegante 'utilitario' Audi A5 que tiene actualmente, entre otros muchos.

Sus sueños de torero no se cumplieron, pero su afición sigue intacta. Al igual que sus otros amores: flamenco, moda y Sevilla. No pierde la ocasión de intentar llevar la idiosincrasia de su ciudad allá donde va. Es el que se encarga de animar el vestuario de la selección, junto a Pepe Reina, con los discos de 'El Barrio', Camarón y similares. Hasta 'Camela' se atrevió a poner en la pasada Eurocopa ante la sorpresa de más de uno del norte peninsular. Canta en voz baja y baila a los pies de la luna cada vez que puede al son de 'seguidillas', sevillanas, verdiales y 'chacarrás'. Quizá fue ese carácter extrovertido que destacan sus más allegados, lo que le provocó las críticas en su primer año como jugador 'merengue'. La prensa sátira del corazón se cebó con él por sus relaciones. Eso condujo a Sergio a un estado casi depresivo. Pero él logró superarlo. "Su autoestima es su punto fuerte", dice René, su hermano y representante.

El arte andaluz, el folclore de su lugar de nacimiento y la forma de vivir la vida, convirtieron a Sergio Ramos en un bohemio más. Uno de esos tunantes andaluces, aferrados a su familia, aunque esté lejos. Porque es su gente, la que está más próxima, la que siempre lleva consigo. De ahí que de los diez tatuajes que tiene, casi la mitad sean referencias a sus seres más queridos: sus padres, José María y Paqui, y sus hermanos, René y Miriam. Sangre andaluza, arte gitano y fuerza innata sin parangón. Si por algo destaca Ramos es por su poderío físico. De ahí otro de sus apodos: 'Tarzán de Camas'. En Sudáfrica será de nuevo el centro de atención de la defensa. El buen momento físico del camero puede aportar a conseguir que España conquiste África. 'Tarzán' es el líder, como no podía ser de otro modo.