Mundial Sudáfrica 2010

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Fernando José Torres Sanz

Fernando José Torres Sanz

Edad:
26
Fecha de nacimiento:
20/03/1984
Estatura y peso:
1.84m 74 kg
Demarcación:
Delantero
Club:
Liverpool
Número internacionalidades:
79
Velocidad 10/10
Regate 9/10
Remate 8/10
Visión de juego 6/10
Estadísticas en el mundial
Partidos jugados:
7
Partidos titular:
4
Partidos suplente:
3
Minutos:
310
Goles:
0
Goles penalti:
0
Asistencias:
2
Tarjetas amarillas:
0
Tarjetas rojas:
0
posición de Fernando José Torres Sanz

el análisis

Único en su especie

Ha mejorado el control del balón, el golpeo, muestra serenidad ante la portería rival y se ha vuelto medio infalible

Torres llega justo al Mundial pero es imprescindible para Del Bosque. / Archivo Torres llega justo al Mundial pero es imprescindible para Del Bosque. / Archivo
por José Carlos J. Carabias

Proveniente de una generación que se crió con los arabescos imposibles de Oliver Atom y Benji Price, su fútbol virtual con el que sueñan todos los alevines del mundo, Fernando Torres ha conseguido ser único en su especie. Ha creado un magnetismo tal a su alrededor que la gente del Atlético se hizo del Liverpool y mucho benjamín incipiente, que dudaba entre la tradición familiar colchonera o el Real Madrid, se decantó finalmente por los colores blancos por un argumento irrebatible: en el Atlético ya no estaba su jugador-fetiche. En la selección, sin embargo, Torres invoca a todos, sin fisuras, sin grietas. Fernando Torres luce desde hace tiempo en el santoral rojiblanco al mismo nivel de los intocables: Futre, Gárate, Kiko, Luis Aragonés... Pero ha traspasado la frontera con la selección, vía Liverpool, en su obra para la posteridad. El gol de la victoria en el Ernest Happel de Viena, la Eurocopa para España, en un compendio de sus virtudes como futbolista. El desmarque, la pelea y finalmente, el toque sutil por encima del portero, detalle que ha pulido durante su periplo en Liverpool.

Un final de trayecto para un chico de barrio con una historia agradecida. En Fuenlabrada jugaba de portero, como su hermano Israel (siete años mayor que él). La portería se le quedó pequeña para su espíritu inquieto y, sobre todo, su cuerpo, equipado de serie para este deporte. En el "Mario's Holanda" de fútbol sala avanzó unos metros y empezó a jugar como delantero. Ahí impuso su imponente físico (ahora mide 185 centímetros y pesa 71 kilos) y su potencia en la arrancada. Tenía siete años. Tres inviernos más tarde, cambió la indumentaria. Se enroló en el "Rayo 13", una de las escuderías más afamadas de Fuenlabrada, cuyo premio final consistía en una prueba en el Atlético para sus tres mejores futbolistas. Torres, que ya bebía los vientos por el equipo colchonero por la influencia de su abuelo Eulalio, marcó 55 goles esa temporada. Fue, claro, uno de los elegidos. Y en 1995 ingresó en el Atlético.

El resto de la historia es bien conocida. Su debut ante el Leganés, su primer gol en Albacete y el no-ascenso del Atlético, entonces pasajero de la Segunda división en el peor ciclo de su vida. Torres tuvo que adelantar plazos y madurar antes de tiempo, echarse una institución al hombro con sólo 18 años. Vino luego el periodo de intranquilidad, de jugador fabuloso apremiado por las urgencias del club, las hechuras de crack que fallaba demasiados goles. Y finalmente el traspaso al Liverpool. En Inglaterra Torres se ha refinado. En Anfield no es el único que debe tirar del carro y su fútbol ha crecido. Ha mejorado el control del balón, el golpeo, muestra serenidad ante la portería rival y se ha vuelto medio infalible. Torres es mucho mejor desde que dejó a los atléticos con el corazón partido. Al Mundial de Suráfrica acude como figura planetaria, mediático como pocos e indiscutible en la selección, donde es propietario del 9. Un icono para ganar la Copa.

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