El minúsculo y poco poblado Uruguay es el único país laico de Sudamérica que ha hecho del fútbol casi una religión. Vive, sufre y muere por el deporte rey desde hace un siglo. "Es el mayor elemento de unidad entre nosotros. Produjo cohesión social muy temprano. En 1916, Uruguay tenía dos jugadores negros en la Copa América en Buenos Aires", un trofeo que ha ganado en catorce ocasiones -récord compartido con Argentina-, recuerda a Luis Prats, especialista en la historia del fútbol charrúa.

"Los títulos olímpicos en París'24 y Ámsterdam'28 fueron orgullo de este territorio que empezó a darse a conocer en el mundo gracias al fútbol. Eso se vio bastante claro en el Mundial de 1930, que organizó", añade este especialista. Esta primera Copa del Mundo  coincidía con las festividades conmemorativas de los cien años de la Constitución de 1830, por lo que el principal estadio de Montevideo fue bautizado como 'Centenario' y declarado monumento del fútbol mundial.

Veinte años más tarde, la 'Celeste' escribió la mayor página de su historia, al derrotar a Brasil en el último partido del Mundial'50 por 2-1 en Río de Janeiro, cuando para la 'Seleçao' el empate era suficiente. El 'Maracanazo' significó su segundo título universal. Schiaffino y Gigghia, autores de los goles, fueron proclamados poco menos que héroes nacionales.

La fiebre alcanzó a la clase política. Destacados miembros del partido Colorado (centro-derecha), en el poder durante casi todo el siglo XX, han sido directivos sobre todo de Peñarol, el club más popular del país, junto a Nacional, su eterno rival capitalino. Julio María Sanguinetti, al frente de la República en los periodos 1985-1990 y 1995-2000, es presidente honorario 'aurinegro', mientras que Tabaré Vázquez, primer jefe de Estado de izquierda (2005-2010), dirigía a Progreso, un club pequeño y de un barrio popular, campeón en 1989.

Cena con el presidente

El actual presidente, José Mujica (izquierda), cenó con los jugadores en la previa del Mundial, y llama por teléfono al capitán Diego Lugano antes y después de cada partido. "Por su seriedad, nos han dado una enorme lección de compromiso, valentía y entrega", destacó Mujica antes de jugarse los cuartos frente a Ghana.

"Uruguay es un país que estuvo alejado del triunfo desde hace 40 años pero nunca dejó su cultura futbolística. Me sobran dedos de una mano para contar naciones con una cultura futbolística como la nuestra", advirtió el 'Maestro' Óscar Tabárez, seleccionador nacional, antes de esa cita. El juguete más importante para nuestros niños es un balón".

Un tercio de los chicos de entre 6 y 13 años están inscritos en algún equipo. Resulta increíble que haya exportado un sinfín de jugadores a Europa y compita con las grandes potencias un país con una población ridícula si se compara con los 40 millones de habitantes de Argentina y, ya no digamos, con los 193 de Brasil. Y en extensión, los 176.000 kilómetros cuadrados de Uruguay resultan ínfimos en relación a los 2,7 y 8,5 millones de sus vecinos y adversarios.