Francia  y Sudáfrica se juegan la vida este martes (16.00 h.) en un partido al que los 'Bleus' llegan en medio de un torbellino de insultos, acusaciones, peleas y hasta huelgas, mientras que los locales sueñan con pasar a octavos. En la concentración francesa en el balneario de Knysna se habla de cualquier cosa menos de fútbol tras la revuelta que han provocado los insultos de Anelka al técnico Domenech en el descanso del partido ante México del pasado jueves. La posterior filtración a la prensa dejó a los jugadores mirándose de soslayo en busca de un "traidor", como dijeron algunos, y la negativa de Anelka a disculparse le llevó a la expulsión del equipo y a regresar a Londres.

En una cadena que parece no tener fin, los jugadores se negaron a entrenar el domingo en protesta por la decisión de la Federación Francesa de Fútbol de eliminar a Anelka. Ello motivó a su vez amenazas de renuncia, la intervención del Gobierno en persona por parte de la ministra de Deportes, Roselyne Bachelot, y grandes titulares en los medios franceses sobre la vergüenza del escándalo.

Los 'Bleus' y los 'Bafana Bafana' deben vencer por goleada a su rival y esperar que haya un derrotado en el encuentro México-Uruguay que se juega a la misma hora. Francia lleva en su accidentado Mundial un empate a cero con Uruguay y una derrota por 0-2 ante México. Se trata de una situación muy similar a la de Corea-Japón 2002, cuando se despidió en primera ronda tras caer ante Senegal, también igualar a cero con Uruguay, y volver a caer ante Dinamarca.

En una situación igual está Sudáfrica tras su empate con México (1-1) y su derrota ante Uruguay por 0-3, pero lógicamente más comprometida por el saldo de goles. El equipo anfitrión también ha dado algunas señales de malestar interno, aunque han sido rápidamente alejadas de la prensa con entrenamientos a puerta cerrada. Los sudafricanos sueñan con el milagro y evitar así ser el primer equipo local en un Mundial que no pasa de la primera fase, aunque aspiran como mucho a una segunda plaza del grupo, que les haría enfrentarse en octavos a la temible Argentina.