En teoría era el partido de Karim Matmour, o de Novakovic, o de Ziani. Ellos eran los llamados a ser los que dieran emoción al encuentro. Pero no. Al final los protagonistas fueron un delantero que juega en el Siena italiano y un hombre cerca de la treintena que la pasada temporada estuvo en la Segunda inglesa. Sus nombres, Ghezzal y Koren.

Dos jugadores que con un par de actuaciones totalmente opuestas pusieron algo de intriga a un partido donde hubo muy poco. Lo más importante fueron los tres puntos que se llevó Eslovenia , gracias a un tanto casi al final del encuentro de su capitán Koren y que coloca a los suyos líderes del grupo C. Aviso para navegantes, mejor dicho, para los primos ingleses: Eslovenia va en serio y ya ha logrado más que en su participación del Mundial de 2002, donde no ganó ningún encuentro.

Pero Eslovenia ha cambiado mucho. En la fase previa sólo recibió cuatro goles y eso se notó en el partido ante Argelia. Los africanos no supieron cómo atacar. Se perdieron en la enrevesada 'tela de araña' colocada por el centro del campo esloveno y se desesperaron. Faltas sin sentido, ningún rigor táctico y las estrellas del equipo haciendo la guerra por su cuenta. Faltó solidaridad de conjunto, cosa que sí tenían los de Europa del Este, donde todos defendían y la mayoría ayudaban en el ataque.

De esa falta de ímpetu argelina llegó a falta de un cuarto de hora el error de Ghezzal. Sólo llevaba 20 minutos sobre el campo, cuando el delantero recibió dos tarjetas amarillas. Errores de infantil, expulsión y su equipo hundido. Ahí llegó Koren para terminar la fiesta. Disparo sin demasiado peligro y el portero argelino, Chaouchi, que paró el viento antes que el balón. Cara de no saber dónde estaba y las trompetas africanas sonando para dolor de cabeza de los compatriotas de Argelia.

Un tanto que vale un liderato, una alegría para un país pequeño, pero que ya está por delante de los dos grandes favoritos. Y, sobre todo, un gol que sirve para que una de las revelaciones de la última Copa África tenga que jugárselo todo a una carta contra los rivales más importantes.