Milos Teodosic, pese a sus 23 años, se ha convertido en uno de los mejores directores de juego de Europa. Aseguran los entendidos que seguramente en el mejor. Fue nombrado el jugador más valioso de la última Euroliga. Milita en el Olympiacos desde 2008. Pertenece a esa cada vez más rara especie de bases dotados de una especial inteligencia para el juego. Hace mejores a los suyos. Siempre se le ha achacado, pese a sus 196 centímetros de altura, sus carencias en el plano físico, algo que de momento le ha cerrado las puertas de entrada a la NBA pese a su indudable calidad. No cuenta con un estilo de juego explosivo tan uso en el baloncesto actual ni tampoco con un primer paso demoledor capaz de dejar sentado a su defensor. Sus virtudes son otras. Sobresale su visión periférica en la pista. Controla todo y a todos, lo que le permite casi siempre tomar la decisión más adecuada en cada situación. Se aleja del prototipo de base actual, ése que prefiere penetrar y doblar. Aunque también es verdad que el serbio tampoco le hace ascos a moverse entre el tráfico de la zona y penetra aprovechando los bloqueos directos. Suele sacar ventaja en los cambios defensivos y entiende perfectamente cada acción de 'pick and roll'. En su cabeza siempre bulle el pase que va a permitir el tiro más fácil, la asistencia que habilite al compañero mejor situado en cada acción. Resulta bastante certero con los triples, aunque su mejor lanzamiento suele realizarlo más cerca del aro y aprovechando su excelente tiro en carrera. Asiste como pocos y es capaz de hacer llegar un balón en perfectas condiciones a un compañero rodeado de torres rivales. También suele asumir un rol anotador cuando el guión del encuentro así lo exige.

Defensivamente, tiene problemas con jugadores más rápidos que él. Le cuesta desplazarse lateralmente, aunque se esfuerza en trabajo colectivo atrás.

Su estilo de juego no ha pasado desapercibido para algunos de los grandes del 'basket' continental. El pasado mes de mayo ya saltó a la prensa el interés del Real Madrid por hacerse con los servicios del serbio. Pero los contactos quedaron finalmente en agua de borrajas.

Teodosic ya dejó muestras de su calidad en el pasado Eurobasket, donde España sufrió su soberbia dirección de juego sobre la cancha y su incuestionable liderazgo en el combinado serbio. Canela en rama de la siempre fructífera escuela balcánica. El cerebro de la subcampeona de Europa, que busca su confirmación definitiva en la cita mundialista.