Elecciones EEUU 2008

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'Joe, el fontanero' protagoniza el último debate a la presidencia de EEUU

El septuagenario senador mejoro con respecto a los anteriores cara a cara, pero su imagen de resentido volvió a disgustar a la audiencia

MERCEDES GALLEGO, ENVIADA ESPECIAL | HEMPSTEAD (NUEVA YORK) 16 de octubre de 2008

Obama y McCain charlan antes del debate. /AFP

Fue el tercero y último debate entre Barack Obama y John McCain, pero el protagonista absoluto resultó ser 'Joe el fontanero', un arma secreta que el republicano traía preparada para ganarse el corazón de los estadounidenses comunes y darle la vuelta a las encuestas.

Joe Wurzelbacher es un fontanero de Ohio con el que, según contó McCain, Obama tuvo un encuentro hace pocos días, pero que según replicó divertido el demócrata en su defensa “ha estado viendo los anuncios del senador McCain”. Así va la historia: Joe quiere comprar el negocio para el que lleva diez o doce años trabajando “pero cuando vio tu plan de impuestos”, dijo McCain, “se dio cuenta de que se los ibas a subir tanto que no iba a poder emplear a gente”.

A partir de ahí ambos candidatos se concentraron en convencer a 'Joe, el fontanero' de que su sueño estaría más seguro con ellos. “Joe, si estás ahí fuera estaré encantado de explicártelo”, le dijo Obama en una ocasión mirando directamente a la cámara.

La batalla por la gente sencilla la había empezado Sarah Palin en su debate con Joe Biden, cuando la segunda de McCain se refirió a 'Joe, el cervercero', un alias que en EEUU representa a un ciudadano común cualquiera como podría ser el Rodríguez de España. Y de 'Joe, el cervecero' a 'Joe, el plomero'. La estrategia consistía en convencer a los estadounidenses asustados por la crisis económica de que Obama seguirá la tradición demócrata de subirles los impuestos, como sostiene el mito, y transformará “una recesión en una depresión”.

Obama se defendió con calma, asegurando que sólo aumentará las obligaciones fiscales de aquéllos que ganan más de 250.000 dólares al año, porque “mi amigo Warren Buffet, por ejemplo, podría permitirse pagar un poco más”, dijo del millonario que rivaliza con la fortuna de Bill Gates, antes de que McCain le ametrallara de nuevo con su arma secreta. “Estamos hablando de Joe el fontanero”, le recordó. Y Obama enlazó rápidamente recordando que a su amigo Warren Buffett no le importaría pagar un poco más, “para que Joe el plomero pueda pagar menos mientras su negocio llega a los 250.000 anuales”, como la petrolera Exxon Mobil, “que ha ganado el récord de 12.000 millones de beneficios en los últimos trimestres, podría permitirse pagar un poquito más para que las familias que lo están pasando mal viendo cómo pagan la compra o mandan a sus hijos a la universidad tengan un respiro”.

McCain, perjudicado por su imagen de resentido

Y así ambos candidatos buscaban la fibra sensible de una audiencia que puede sobrepasar los 60 millones de estadounidenses en el mejor debate de la campaña. Si en el primero se trató de hablar de política exterior y en el segundo se le dio el micrófono a la audiencia, anoche tocaban los temas nacionales, pero la economía dominó los tres.

Esta vez McCain venía con la escopeta cargada para disparar contra la sombra de George W. Bush que Obama le ha enroscado al cuello sistemáticamente hasta asfixiarlo. “Senador Obama, no soy el presidente Bush”, le cortó tajante a la primera ocasión. “Si lo que quería era competir con el presidente Bush debería haberse presentado hace cuatro años. Yo voy a llevar la economía de este país en una nueva dirección”.

Fue su mejor tiro en un debate en el que se encargó de ser siempre cortés con su rival y felicitarle en voz alta frente a las cámaras con un efusivo apretón de manos para disipar la percepción que había dejado desde el primer duelo, donde ni siquiera le miró a los ojos. McCain trató de sacar a relucir sin éxito la relación de Obama con el activista radical de izquierda Bill Ayers que puso bombas en los años sesenta, pero como Obama la esperaba venir sólo sirvió para que pudiera explicar esa relación con el que hoy es profesor universitario. McCain por su parte, a quien los estadounidenses sitúan en las encuestas como el que más se dedica a atacar al contrario en vez de a combatir con las ideas, quiso mostrarse resentido por los ataques recibidos por parte del demócrata que más ha gastado en anuncios negativos en toda la historia de EEUU, “y puedo probarlo”, subrayó.

El septuagenario senador que según las encuestas perdió en los dos debates anteriores ayer lo hizo bien, pero su imagen de resentido volvió a jugar mal con la audiencia. El 53% de los indecisos encuestados por CBS se inclinó por el demócrata tras el debate, frente al 22% que dió vencedor al republicano (22% lo consideró empate). La última palabra la tendrán los votantes el próximo 4 de noviembre.

_redacción