Superadas las tensiones que acompañaron al relevo de Josu Jon Imaz por Iñigo Urkullu al frente del partido, el PNV combina en sus listas electorales continuismo y renovación.
A la cita del 9 de marzo concurren algunos de los máximos pesos políticos del partido, como Pedro Azpiazu, Iñaki Anasagasti, Emilio Olabarria, o el propio Josu Erkoreka. Otros, como los veteranos Xabier Albistur, Iñaki Txueka y Joseba Zubia, han preferido retirarse de la primera línea.
La continuidad de Josu Erkoreka, decisivo en la negociación del último acuerdo presupuestario con el Gobierno de Zapatero, es la gran baza de los nacionalistas vascos para la cita de marzo.
Los días previos a la precampaña estuvieron marcados por la propuesta abanderada por el dirigente peneuvista Joseba Egibar de concurrir a las elecciones de la mano de EA, EB y Aralar. Se buscaba así fortalecer la consulta popular de octubre abanderada por el lehendakari.
Erkoreka, entonces portavoz del partido en el Congreso, se desmarcó diciendo que una coalición nacionalista podría trasladar al resto de grupos en el Congreso una «percepción frentista» que resultaría «contraproducente» para sumar adhesiones al nuevo plan del lehendakari.
Con quienes desde luego no van a establecer alianza alguna es con los populares. El propio Erkoreka ve “muy difícil, por no decir casi imposible” apoyar una hipotética investidura de Mariano Rajoy. La sintonía con Zapatero es mayor.
En el capítulo de expectativas, Erkoreka cree que el PNV cuenta con un colchón suficiente para mantener la representación al menos en Vizcaya. Las condiciones son propicias, aunque puede haber, avanza, algún traspiés local sin trascendencia.